La leucemia linfocítica crónica y el linfoma linfocítico de células pequeñas (CLL y SLL respectivamente, por sus siglas en inglés) son cánceres que afectan a los linfocitos. La CLL y el SLL son esencialmente la misma enfermedad, con la única diferencia de la ubicación donde se produce principalmente el cáncer. Cuando la mayor parte de las células cancerosas se localizan en el torrente sanguíneo y en la médula ósea, la enfermedad se denomina CLL, aunque a menudo se vean afectados también los ganglios linfáticos y el bazo. En cambio, cuando las células cancerosas se localizan principalmente en los ganglios linfáticos, la enfermedad se denomina SLL.
Muchos pacientes con CLL/SLL no presentan síntomas evidentes de la enfermedad. Es posible que el médico la detecte en un análisis de sangre o un examen físico de rutina. En otros casos, en cambio, la enfermedad se detecta cuando aparecen síntomas y el paciente consulta al médico porque esto le genera preocupación, siente incomodidad o no se siente bien. La CLL/SLL puede causar distintos síntomas, dependiendo de la localización del tumor en el cuerpo. Los síntomas más habituales son el abdomen dolorido e hinchado y la sensación de saciedad, incluso después de comer apenas un poco. Otros síntomas pueden ser fatiga, falta de aire, anemia, la aparición de moretones con facilidad, sudores nocturnos, pérdida de peso e infecciones frecuentes. Sin embargo, muchos pacientes con CLL/SLL viven durante años sin ningún síntoma.