Los signos y síntomas más comunes del linfoma de Hodgkin incluyen inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso sin causa aparente y falta de energía. Una evaluación precisa del linfoma de Hodgkin requiere una serie de pruebas de diagnóstico realizadas por un médico.
Para un diagnóstico preciso de HL o de cualquier cáncer, se requiere una biopsia. A fin de diagnosticar el HL, es preferible realizar una biopsia por excisión, para extirpar un ganglio linfático completo. Sin embargo, a veces se realiza una biopsia con aguja gruesa o una biopsia por excisión, para extraer una parte del tejido. Un patólogo examina los portaobjetos que contienen porciones de la muestra de la biopsia al microscopio, para observar si contienen las células características del HL (Reed-Sternberg [RS]) y si están dispuestas de formas típicas del HL.
Se pueden utilizar las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico de HL:
- Biopsia de médula ósea o aspirado medular, para el HL en fase avanzada.
- Hemograma completo con fórmula leucocitaria
- Perfil metabólico completo para comprobar la función hepática y renal
- Examen patológico de la biopsia de los ganglios linfáticos (revisión detallada de la biopsia por parte de un patólogo o un hematopatólogo)
- Pruebas de detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y de infecciones por los virus de la hepatitis B y C
- Tomografía por emisión de positrones y tomografía computarizada
Los pacientes con diagnóstico de HL deberán realizarse una serie de procedimientos quirúrgicos para el diagnóstico inicial y la evaluación diagnóstica antes de comenzar el tratamiento, durante su curso y en el periodo de seguimiento. Antes de que los pacientes acepten un procedimiento, deben asegurarse de entender las razones para realizarlo y lo que implicará. Toda la información obtenida en estas pruebas ayudará al equipo médico del paciente a determinar la mejor opción de tratamiento en cada caso.